viernes, 7 de octubre de 2011

La ansiedad

La ansiedad tan temida

Antes de arribar a este tumultuoso III milenio, la OMS vaticinó que la dupla depresión ansiedad serían las plagas del siglo XXI, y no se equivocó.

     Es que la OMS no recurre a los astrólogos ni a las profecías de los mayas, utiliza información recogida de los servicios de salud de todo el mundo y con esos datos establece predicciones estadísticas proyectivas que publican para generar algún sentido de previsión y no para alarmar inútilmente a la gente.


     La ansiedad es una perturbación de la mente que termina afectando al cerebro y entonces se transforma en una patología mixta, a mitad de camino entre lo físico y lo anímico. La Psicología no es una ciencia acabada, varias teorías y enfoques intentan explicar desde sus propias premisas qué es la ansiedad.

     En general, ansiedad y angustia son casi sinónimos, aunque algunos autores digan que la angustia es el componente mental, y la ansiedad el componente físico. Las modernas teorías neurobiológicas aceptan que en la ansiedad hay un desequilibrio de los neurotransmisores, que son sustancias químicas presentes en el tejido cerebral que funcionan como vehículos para la comunicación entre las células nerviosas. Pero esto no resuelve el problema, porque alguien avieso todavía podría preguntar: ¿Y por qué se desequilibran esas sustancias?, y la pregunta sobre el origen de la ansiedad seguiría sin contestar.

     Las teorías psicoanalíticas tienen una explicación: Freud decía que la ansiedad es la expresión mental de un conflicto interno, una especie de lucha dentro de cada uno entre partes de la mente que no están de acuerdo. Por ejemplo, si yo quisiera ser rico como me instiga continuamente la TV a través de la publicidad, podría asaltar un banco para conseguir fácilmente mucho dinero, pero mi conciencia moral me lo prohíbe y además, afuera, el mundo en el que vivo, tiene códigos civiles, policías, jueces, cárceles… todo un sistema de seguridad que se opone a mis planes. Eso conforma un conflicto: la lucha entre mi deseo y las fuerzas que se le oponen, el sufrimiento que me causa no poder hacer lo que quiero, se traduce como ansiedad.

     Pero estos motores no están a la vista, tanto las cosas que deseo vehementemente como los controles que ejerce la mente son mayormente inconscientes, están sumergidos en lo profundo de la personalidad y por más que lo intente, seré siempre el último en conocerlos, porque por algo la mente consciente ya los empujó al sótano.

     Por eso se necesita la ayuda de una psicóloga o psicólogo para llegar a conocer estas fuerzas que me hacen sufrir con ansiedad pero que yo no conozco. Porque la ansiedad rápidamente “pasa” al cuerpo alterando las funciones automáticas del organismo: respiración, circulación, tono muscular, digestión, etc. Y por esa causa aparecen las palpitaciones, taquicardia, hipertensión, temblores, falta de aire, náuseas, sensación de atragantamiento, constipación, y miles de síntomas más que acompañan a la ansiedad cuando se instala en nuestras vidas.


Alejandro Bovino - Psiquiatra
Contacto: talomac@gmail.com




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